(22 de marzo de 1999, Phnom Penh) Décadas de lucha armada han llenado Camboya de municiones y artefactos explosivos sin detonar. Las autoridades advierten a los ciudadanos que no manipulen los dispositivos.
Tres amigos pasaron recientemente una noche compartiendo bebidas e intercambiando insultos en un café local en la provincia de Svay Rieng, en el sudeste del país. La discusión continuó durante horas, hasta que un hombre sacó una mina antitanque sin explotar de 25 años de antigüedad que se encontraba en su patio trasero.
La tiró bajo la mesa, y los tres hombres comenzaron a jugar a la ruleta rusa, cada uno tirando una bebida y luego estampando la mina. Los otros aldeanos huyeron aterrorizados.
Minutos más tarde, el explosivo detonó con un tremendo boom, matando a los tres hombres del bar.
«Sus esposas ni siquiera pudieron encontrar su carne porque la explosión lo destruyó todo»
informó el periódico Rasmei Kampuchea.