(30 de abril de 1987, Arizona) El Observatorio Nacional Kitt Peak, ubicado en el desierto cerca de Tucson, es el hogar de dos docenas de telescopios, incluyendo el Mayall Telescope de 4 metros, que una vez fue el más grande de los Estados Unidos. También es la sede del único premio Darwin moderno en el que participa un astrónomo.
Un ordenador portátil a un precio de risa
¡Para morirse de risa el precio de este portátil! Quizás no necesites realizar cálculos astronómicos, pero con esta potencia casi que puedes hacerlo.
La astronomía es normalmente una profesión sedada, llevada a cabo principalmente desde una consola de ordenador. Pero Marc, de 36 años, llevó la astronomía de «cabeza en las nubes» a un nuevo nivel. Una noche, Marc estaba operando el Telescopio Mayall. Desde el interior de la cúpula, un astrónomo no puede ver suficiente cielo para saber si hay nubes de cirros que interfieran con la visión. Así que periódicamente asoma la cabeza por una escotilla debajo de la cúpula, para ver si el cielo sigue despejado.
Marc obtuvo su doctorado en el California Institute of Technology. Su trabajo como Profesor Asociado en la Universidad de Arizona se centró en la constante de Hubble, el estudio de estrellas ricas en carbono, y su distribución de velocidad en galaxias esferoidales enanas.
La cúpula del observatorio Mayall tiene una escalera de acceso adosada al costado. La escalera gira con la cúpula, y es un peligro potencial para las cosas en su camino. Anticipándose a un «error del operador», los constructores diseñaron el motor del domo para que se apagara automáticamente si la escalera se acercaba a la escotilla abierta.
Se supone que los observadores no deben abrir la escotilla mientras la cúpula gira, pero Marc no «observó» esa regla clave. Abrió la escotilla y miró al cielo…
El impulso de la pesada cúpula la mantiene girando durante unos segundos después de apagar el motor. El tiempo suficiente para que la escalera impacte en la escotilla de apertura hacia afuera. Cerrando la escotilla. Aplastando las desafortunadas aspiraciones de los astrónomos.
Marc continuó publicando artículos durante varios años después de su muerte.
El asteroide 3277 es nombrado en su honor.